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Como prueba central de la jornada de nueve competencias del sábado 21 de junio en el Hipódromo Nacional de Valencia, se disputó el Clásico Batalla de Carabobo de 2025 que fue una victoria en gran forma para el caballo Moscabado (Vacation), con la monta del "General" Jaime "Pocho" Lugo y la preparación de Yondel Calderón para los colores del Stud "Excelso".

 Moscabado consigue su duodécimo triunfo, las 21 presentaciones públicas y el segundo en esta prueba de envergadura ya que el año pasado también fue capaz de cruzar el espejo en ganancia.

Volvió y ganó: Hinava Resultados

La emoción se apoderó del hipódromo desde el pistoletazo inicial, cuando Vencejo Real y Moscabado se enfrascaron en una reñida disputa por la vanguardia. Los primeros metros fueron un pulso constante, una verdadera demostración de velocidad y estrategia entre estos ejemplares decididos a ganar desde la partida. Sin embargo, la maestría del jinete Jaime Lugo fue determinante.

Con una visión clara y una ejecución impecable, Lugo guio a Moscabado con una astucia que comenzó a rendir frutos a partir de los 900 metros finales. Fue en ese punto crucial de la carrera donde el hijo de Vacation resistió el fuerte acoso de la única yegua de la carrera Flecha Montón que logra emparejarlo y sin embargo, el consentido del Stud “Excelso” saco la clase para cruzar el disco en ganancia con ventaja de un cuerpo y un cuarto.

Los tiempos parciales de Moscabado no solo certificaron su victoria, sino que también destacaron su consistencia y su impresionante capacidad atlética. Los primeros 400 metros los cubrió en compañía de Vencejo Real un rápido 23.2 segundos, un indicativo de su explosividad inicial. Mantuvo un ritmo formidable para registrar 48.3 segundos en los 800 metros y 76.1 en los 1200, capaz de mostrar resistencia notable.

La milla la marcó en 104 segundos, para preparar el terreno para un final espectacular y con un segundo aire. Y agenciar 134.1 para el recorrido de 2.000 metros. Estos números no solo son el testimonio de una carrera bien ejecutada, sino también la prueba irrefutable de la excepcional condición física y la garra competitiva de Moscabado, en taquilla su dividendo fue de Bs 55,00.

Linaje de Campeones: La Estirpe de Moscabado

Más allá de su desempeño en la pista, la historia de Moscabado se enriquece considerablemente al explorar su prestigioso linaje. Criado con esmero en el renombrado Haras Los Caracaros, Moscabado es el digno hijo de la notable yegua Pine Shelter (Chester House). Esta yegua no es una más en el pedigrí equino; su abolengo es innegable, siendo nieta materna del legendario Danzig, un nombre que resuena con autoridad en el mundo de la cría de caballos de carrera.

La influencia genética de Pine Shelter es vasta y profunda, habiendo producido la asombrosa cifra de nueve ganadores, de los cuales seis han logrado conquistar triunfos clásicos. Esta impresionante lista incluye nombres de peso en el turf, como El Playón, Ivana Valentina, Roys Revenge, Bravucón, Turbinada, Noah y Raphaella, quienes han dejado su propia huella en las pistas. Y por supuesto, entre esta constelación de campeones, brilla con luz propia el nombre de Moscabado, de esta manera consolida aún más el legado de su madre y la calidad de la cría en Los Caracaros.

La Celebración del Reencuentro con la Victoria

Esta victoria tuvo un sabor especial, no solo por la autoridad con la que se consiguió, sino porque representó un emocionante reencuentro con el triunfo para Moscabado, uno de los ejemplares más mimados y seguidos del Stud “Excelso”. El caballo venía de una derrota en su salida anterior, lo que añadió un elemento de expectativa y esperanza entre sus seguidores.

El rugido de los presentes y los aplausos evidenció el beneplácito de por parte de los espectadores, que siempre acude con entusiasmo para ver en acción a este gran corredor. Para ellos, cada carrera de Moscabado es un espectáculo, una oportunidad de presenciar la magia de un purasangre en su máximo esplendor.

Y, por supuesto, la alegría fue inmensa para su propietario, el Ing. Carlos Fermín, quien vio cómo su consentido caballo volvía a la senda ganadora, para de esta manera recompensar su pasión y dedicación por el deporte hípico. Este triunfo no solo fue un hito en la trayectoria de Moscabado, sino también una celebración compartida entre el equipo, el propietario y los aficionados, quienes esperan con ansias la próxima actuación de este campeón.